Las redes sociales han transformado por completo el mundo en que vivimos. Y es que, en el interior de cada una de ellas, independientemente de que se trate de Facebook, Instagram o Twitter, cabe toda la vida del usuario. Desde sus contactos, hasta sus mensajes privados o las fotografías de la última vez que tuvo ocasión de salir del país.
Teniendo en cuenta la enorme cantidad de información que estas plataformas almacenan en su interior, es inudable que el propietario debe tomar todas las medidas a su alcance para que sus cuentas, y con ellas su privacidad, no caigan en manos de un tercero. En las redes sociales cabe toda la vida de un usuario. Especialmente, si tenemos en cuenta lo interesantes que resultan los perfiles de redes sociales para los ciberdelincuentes actualmente. ABC comparte aquí algunos consejos que pueden ayudarle a mejorar su privacidad en internet.
Contraseñas diferentes y robustas
La contraseña de una red social, que es la llave que da acceso a su interior, no es algo que se deba escoger al azar. Por eso, a la hora de crear una, es importante tirar de ingenio para que sean especialmente difíciles de descifrar. Eso pasa, evidentemente, por no emplear información personal, como fechas de cumplaños, o amodorrarse y escribir en el teclado el clásico y peligroso 12345. «Una buena contraseña debe tener una longitud considerable y ser inteligible. El usuario no debe utilizar en ningún caso una palabra que tenga que ver con él, como sería su mes de nacimiento o su nombre. También debe contar con números, letras y signos especiales, como serían asteriscos o símbolos del dólar», señala a ABC el «hacker» ético Deepak Daswani.
Además de emplear siempre una contraseña robusta, es importante que el usuario la cambie con cierta frecuencia. En principio, con que se hiciese una vez cada tres meses sería suficiente. Asimismo, no es recomendable emplear la misma en todas las redes sociales. En caso de que una plataforma sufriese una fuga de datos, o de que el usuario fuese víctima de una ciberestafa, el uso de claves diferentes puede ayudar a limitar los riesgos de perder el control de varios sitios a la vez.
Limita las personas que pueden verte
La popularidad de espacios como Facebook, Instagram o YouTube ha permitido que más de uno, y de mil, puedan ganarse la vida compartiendo contenido en redes sociales. Ya sea porque han sabido explotar el filón y convertirse en «influencers», o porque las emplean para promocionar sus propios negocios. Sin embargo, si estamos hablando de un usuario normal, no hay motivo para que las fotografías y comentarios que comparte estén visibles para todos los miembros de la plataforma.
A este respecto, tanto Instagram como Facebook, dos de las redes más populares, permiten seleccionar quiénes tienen acceso a las publicaciones de una cuenta. Si no se emplea este tipo de herramientas, nada impediría, por ejemplo, que un tercero malicioso robase fotos de la red social y crease una cuenta de cero en la que suplantase al afectado.
No compartas todo
En internet todo tiene un precio; especialmente la información personal, que es uno de los bienes más codiciados por los ciberdelincuentes y por las empresas detrás de las redes sociales. Por ello, es importante que, antes de realizar cualquier publicación, o de interactuar con una página en concreto, tengamos claro que no nos importa que Facebook, Twitter, Instagram o el vecino de enfrente se enteren de nuestras opiniones o de cuál fue el último viaje que realizamos antes de que la pandemia nos encerrase en casa. Las redes sociales están interesadas en conocer los gustos de sus usuarios. Datos como el sexo, la afinidad por algún tipo de deporte o el gusto por la moda sirven, por ejemplo, para perfilarlos y mostrarles anuncios publicitarios personalizados.
Jamás compartas tus claves
Como explicábamos, las cuentas de redes sociales, así como de otro tipo de plataformas digitales, como Amazon, resultan muy interesantes a ojos de los ciberdelincuentes. Por eso, no basta con contar con claves seguras, también hay que protegerlas y no compartirlas con nadie. Seguramente, en más de una ocasión se habrá encontrado en el buzón de entrada de su correo, o entre sus SMS o WhatsApp, algún mensaje en el que un tercero intenta suplantar a algunas de las plataformas en las que tiene una cuenta para que le comparta datos personales.
Recientemente, la firma de ciberseguridad española Panda Security se hacía eco sobre uno de los medios más empleados para robar cuentas de WhatsApp. Según apuntan, todo comienza con un mensaje en el que lo piratas, haciéndose pasar por el servicio de soporte de la plataforma de mensajería propiedad de Facebook. El objetivo es conseguir que la víctima comparta el código de seguridad, que llega a través de SMS, y da acceso a la cuenta del usuario.
Cabe destacar que WhatsApp, al igual que Facebook, Instagram y las demás redes sociales nunca se van a poner en contacto de esta forma para pedir unas claves a un usuario. En caso de que alguna le contacte, y tenga dudas sobre la veracidad del mensaje, lo mejor que puede hacer es buscar otro canal de contacto, como podría ser un correo electrónico al soporte ofial de la plataforma en cuestión, y, de este modo, salir de dudas.
Quita permisos
Cuando uno se descarga la aplicación de una red social, es bastante habitual que el servicio pida permiso para acceder a herramientas como el micrófono, la localización o la cámara. Esto no es algo necesariamente negativo, ya que muchas de las funcionalidades de una red social están directamente relacionadas con estas herramientas.
En caso de que un usuario esté especialmente concienciado en temas de privacidad, pero no quiera perder la opción, por ejemplo, de subir «stories» a Instagram, lo mejor que puede hacer es dar y quitar el permiso a la aplicación de turno desde los ajustes del teléfono móvil. Algo que, aunque puede resultar algo engorroso, es posible tanto en dispositivos iOS como Android.
Tomado de https://www.abc.es